DESTACAN EL CARÁCTER GLOBAL Y MULTICULTURAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

La Paz, 24 de octubre (ANF).- Trascurrieron 22 días desde que 215 jesuitas provenientes de aproximadamente cien países se reunieron en torno a la Congregación General (CG) 36 en Roma, con el objetivo ya cumplido de elegir a su nuevo Superior General y ahora delinear el trabajo de la orden a futuro. Esto ha develado el carácter global y multicultural de la Compañía de Jesús y de sus miembros en el mundo.

Pero surge la interrogante de cómo hacen estos delegados provenientes de tan diversas culturas para interactuar y ponerse de acuerdo en asuntos de tanta trascendencia. El nuevo Superior General de los jesuitas, el venezolano Arturo Sosa, se ha referido a que si bien los delegados no hablan la misma lengua, lo importante es que todos hablan un mismo “lenguaje”. Explicó que ese bagaje común está relacionado a los “ejercicios espirituales” y a la “práctica del discernimiento”. 

Esto ha permitido que se haya desarrollado uno de los tiempos más importantes previos a la elección del líder, los días de “murmuratio”, que no es otra cosa que el intercambio de experiencias y el reconocimiento de todos los electores para que a partir de ello puedan elegir al General. Esa práctica espiritual y de discernimiento ha permitido que, a pesar de la diversidad cultural y vivencial de los congregados, se haya logrado la elección de Sosa en conformidad y alegría de todos los miembros.

Las lenguas más habladas son el inglés, español y francés, por lo que las traducciones son en esos idiomas, pero no es suficiente utilizar una lengua común, “tenemos que llegar a compartir un lenguaje común”, dijo Sosa y explicó que eso es escuchar al Espíritu y dar paso a “la voluntad de Dios”.

Al respecto, el sacerdote jesuita, Pierre Grech Marguerat de Malta, mencionó que ha estado presente en reuniones internacionales de la Compañía desde 1987, pero que es la primera vez que participa de una CG y destacó la unión de los congregados. 

“Sin lugar a dudas, la gracia que he experimentado, ha sido la de ver la fe verdadera de todos los presentes en la Congregación, de que el Señor nunca nos abandona a nosotros, su pueblo. Eso era tangible durante los días de preparación para la elección. (…) Cuando miraba abajo, desde la cabina de traductor, tenía ante mí el panorama de nuestro mundo representado por mis compañeros jesuitas unidos en la oración como los primeros padres unidos con Ignacio en Roma hace algunos siglos”, agregó el religioso. 

Hace un par de semanas, el sacerdote español Ramón Alaix, residente en Bolivia, destacó que en los últimos años se ha diversificado culturalmente la participación de sacerdotes jesuitas en las reuniones internacionales.

“Se ve un ‘oscurecimiento’ progresivo de los rostros, el año 2000 casi todos eran ‘pálidos’, en 2005 ya habían rostros mucho más morenos y en 2007 más bien era una mayoría los que no eran de procedencia europea, esto es muy alentador”, dijo.

Alaix comentó que participó de varias reuniones internacionales de jesuitas durante varios años y por ello da fe de que a medida que pasa el tiempo, los rostros de los participantes son cada vez más diversos, lo mismo que las culturas y las provincias (países) representadas.

Fue de esa manera que pidió que en la CG 36 se escuchen las voces de las iglesias nuevas, como la africana y la asiática, las mismas que tienen miembros que han sufrido de persecución en los últimos años.

Esa diversidad cultural ahora se traduce en el nombramiento de un no europeo como General. El Padre Arturo Sosa es el primer latinoamericano que dirige la orden en sus 476 años de historia.

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