Ramiro Loza Marquez SJ, nuevo presbítero en la Compañía comparte su experiencia vocacional
23/06/2025Ramiro Loza Marquez SJ, nuevo presbítero en la Compañía comparte su experiencia vocacional
El obispo del Vicariato Apostólico del Beni, monseñor Aurelio Pesoa, impone las manos a Ramiro Loza SJ, en el rito de ordenación.
San Ignacio de Mojos, 22 de junio de 2025 .- Tras 15 años de ardua y comprometida preparación, el diácono Ramiro Loza SJ, fue ordenado sacerdote en una significativa y solemne celebración eucarística realizada el sábado 21 de junio en la parroquia de San Ignacio de Moxos, Beni, su comunidad para la misión.
“Cuando yo entré a la Compañía de Jesús no había ingresado para ordenarme presbítero, sino para ser hermano, que es otra vocación; pero, en el camino sentí el llamado de Dios. Fueron años de preguntarme si realmente estaba listo para esto. Finalmente, en el mes Arrupe (tiempo de preparación de los estudiantes jesuitas de teología), del año pasado, fue cuando dije: ‘ahora sí, yo quiero”, relató el nuevo sacerdote en San Ignacio de Mojos.
Ramiro Loza SJ, durante su durante su misa de ordenación presbiteral. Detrás su madre Fanny Marquez.
Durante la celebración, el obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Aurelio Pesoa, recordó que la primera misión del sacerdote es amar a Dios y amar a su prójimo y recomendó al novel presbítero que “está llamado a dar a conocer un Dios cercano al ser humano”.
“Debe darse por descontado que amas también al prójimo, pero no olvides hermano: no es una tarea fácil el amor a Dios y al prójimo, para ello es necesario recorrer el camino, pero no en solitario, sino poniéndose bajo el cuidado y el amparo de Dios”, agregó. La autoridad eclesial exhortó al nuevo sacerdote a recordar los momentos en los que fue interpelado por Dios para transformar el llamado inicial a la vocación, proceso que, según el padre Loza, fue resultado de un continuo discernimiento porque “Dios es quien elige” para servir.
El obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Aurelio Pesoa.
“Creo que en la medida en la que tú sirves a los demás, profundizas ese deseo de querer estar con Dios, de hacer su voluntad y para mí este es el resumen: sobre todo: amar y servir”, agregó el nuevo sacerdote.
Oración consagratoria que pronuncia el Obispo sobre el ordenando.
“Amar y servir”
El padre Loza aún recuerda con emoción el llamado de Dios hacia el ministerio. Con 23 años y una carrera profesional recién concluida (mecánica industrial) el futuro se planteaba como un reto. Fue a través de voluntariados en el hogar Sagrado Corazón de Jesús para niños con discapacidad, en Oruro, que comenzó la travesía con la que llegaría al sacerdocio.
“Ahí lo empecé a sentir. De algún modo era ese ‘querer servirles a ellos’. Querer estar por ellos y trabajar por ellos (...) Era un deseo, pero en el fondo era Dios que ya empezaba a llamarme. Discerniendo ese llamado fui aprendiendo. Quizá me hubiera quedado estudiando mecánica y ganando dinero en un taller, pero yo sentía que Dios me invitaba a algo más”, contó el padre Loza. Pero antes de las certezas, las dudas también inundaron el corazón del padre Loza que reconoce: “confiar en Dios es lanzarte a lo que te pide”. Esto también puede interpretarse como “una apuesta sin saber los resultados” y conformarse con algunas certezas “que Dios puede regalarte”. Sin embargo, el novel presbítero convirtió las dudas en cimientos de esperanza.
Abrazos de paz y felicitación al nuevo sacerdote Ramiro Loza SJ.
“Y en estos años, sobre todo en los últimos cuatro de estudiar teología, confirmé que Dios me llamaba y me quería para amarlo a él y a su pueblo. En la Compañía de Jesús; esto se resume en el amar y servir”, agregó.
En busca de la vocación
En tiempos de inmediatez, compromisos de corto plazo y de avances tecnológicos, la vida religiosa parece no ser una opción para la juventud; sin embargo, y en el criterio del padre Loza, este camino de compromiso ministerial se plantea como un reto de autodescubrimiento vocacional que muchos jóvenes no están dispuestos a asumir de buenas a primeras, pero que con un buen planteamiento puede seducirles.
“La primera cosa es entender la pregunta ¿por dónde Dios te llama?, pero para poder responder esto lo mejor que puede pasar es tener alguien que te escuche. Si estás en ese camino de búsqueda y de poner tu vida al servicio de los demás, lo principal es buscar a alguien que te pueda acompañar en este proceso. Ahí vas a encontrar muchas más luces y aprenderás a sintonizar mejor con la voluntad de Dios”, explicó.
El padre Ramiro Loza distribuye la comunión a los feligreses
“No hay sacerdocio sin pueblo de Dios”
Otro de los partícipes de la ordenación sacerdotal fue el provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia, padre Bernardo Mercado SJ, quien expresó su gratitud por la acogida a uno de sus hermanos jesuitas.
El provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia, padre Bernardo Mercado SJ, agradeciendo a los asistentes en la misa.
“No hay sacerdocio sin pueblo de Dios, el sacerdocio es un servicio dentro de los que puede significar las grandes fortalezas del ser humano, pero también sus grandes debilidades. Dios quiere hacer un milagro de nosotros dentro del ministerio ordenado”, afirmó.
Las gracias también fueron para la madre del nuevo sacerdote, a quien el superior de los jesuitas pidió sostenerlo a través de la oración, cercanía y cariño “como lo ha hecho desde que fue concebido hasta este día que es entregado al Señor como lo más valioso que tiene”.
El padre Ramiro Loza SJ. entrega la comunión a su madre
“Ahora también tiene una nueva familia, una familia grande que se llama Compañía de Jesús y en esa familia tiene responsabilidades y deberes, pero eso no significa que tenga que faltar al cuarto mandamiento, sino que lo cumplirá en plenitud”, señaló Mercado.
El obispo del Vicariato apostólico del Beni, Aurelio Pessoa, junto a los sacerdotes jesuitas.
Finalmente, el provincial de la Compañía de Jesús agradeció a las autoridades del gran Cabildo Indigenal, así como a las “mamitas abadesas” y a todos los conjuntos de la población de San Ignacio de Mojos que llegaron al lugar para ser partícipes de la ordenación del nuevo presbítero.
El padre Ramiro Loza recibido en el Gran Cabildo Indigenal de San Ignacio de Mojos
Tras la misa, el Cabildo Indigenal dio la bienvenida al padre Loza con un acto de celebración en sus instalaciones. Macheteros, achus, pescaditos, entre otros conjuntos, acompañaron la velada.
 Una componente del conjunto “Pescaditos” junto a dos “Achus
En la celebración también estuvo presente al “maripeo”, tradición mojeña que consiste en tomar chicha en comunidad. La bebida es preparada con anticipación y entregada en cántaros de barro a las personas más importantes del evento, en esta ocasión el padre Loza y el obispo del Vicariato Apostólico del Beni, monseñor Aurelio Pesoa, para luego ser repartida entre todos los asistentes al Cabildo Indigenal.
El padre Ramiro Loza junto al obispo Pessoa (centro) “maripeando” el cántaro de chicha