Curia provincial: Jenaro Sanjinés #777, La Paz, Bolivia

Concluye con éxito la segunda versión del Curso Cultura Del Cuidado y Prevención de la Violencia

03/07/2025

En un acto llevado adelante en el auditorio del Colegio San Ignacio, de la ciudad de La Paz, el Centro de Promoción de Ambientes Sanos y Seguros de la Compañía de Jesús en Bolivia realizó la entrega de certificados, a los participantes del curso especializado denominado "Cultura del Cuidado y Prevención de la Violencia", en su segunda versión. Fueron 180 las personas, de todo el país, quienes se inscribieron y aprobaron dicho curso.

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Las sesiones de formación se desarrollaron del 18 de marzo al 13 de mayo, y contó con distintos expositores y expositoras, así como una diversidad de participantes de las diferentes obras e instituciones jesuitas.

En esta segunda versión, se abordaron temas sobre violencia, violencia sexual desde el Código de Procedimiento Penal, leyes relacionadas a los derechos de los niños niñas y adolescentes, adultos mayores, y temas sobre la familia, con el objetivo es formar agentes de cambio para construir una sociedad más segura en Bolivia y coadyuvar en una cultura del cuidado y la prevención de toda forma de violencia.

El Provincial de La Compañía de Jesús, P. Bernardo Mercado, SJ manifestó que estos cursos responden al firme compromiso que tiene la Compañía de Jesús para fomentar ambientes sanos y seguros.

“La urgencia en la realización de este curso, al cual ustedes han respondido muy generosamente con su tiempo y con su paciencia y dedicación, responde a nuestro firme compromiso en la promoción de ambientes sanos y seguros en todas las obras apostólicas de la Compañía de Jesús, de las cuales forman parte ustedes”, indicó el Provincial.

Así mismo, destacó que como institución religiosa son conscientes de la realidad por la que atraviesan muchas personas en situación de vulnerabilidad, y entre ellas la niñez, por lo que pidió ser “intolerantes” con todo aquello que hace daño a los más débiles, a los más vulnerables.

Para esta gestión, el curso fue coordinado con la unidad de Posgrado de la Universidad Salesiana, gracias a la organización del Centro de Promoción de Ambientes Sanos y Seguros de la Compañía de Jesús y la ONG de DNI Bolivia.

Simposio sobre la Cultura del Cuidado y Prevención de la Violencia

Durante el acto se realizó un simposio, en el marco de la Cultura del Cuidado y Prevención de la Violencia, que contó con la participación de cinco expositores que compartieron sus experiencias y conocimientos desde diferentes miradas.

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Por una parte, se habló sobre la importancia de la dimensión espiritual para cuidar y proteger a las personas más vulnerables, así como el rol transformador de la comunicación en la construcción de entornos protectores. También se discutió sobre el papel del derecho penal para garantizar una protección efectiva de para niñas, niños, adolescentes (NNA) y personas adultas vulnerables (AV). Además, se reflexionó sobre los desafíos éticos y emocionales al trabajar con víctimas en contextos de exclusión y violencia, así como los desafíos estructurales y culturales que aún persisten en la implementación efectiva de las leyes de protección.

Como invitados especiales para las disertaciones estuvieron: P. Bernardo Mercado Vargas, SJ, Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia, P. Sergio Montes Rondón, S.J. director del Grupo Fides, Dr. Alan Sillerico Segurondo, presidente de la Academia Boliviana de Ciencias Jurídico-Penales, M.Sc. Cintia Raquel Salaz, de la Asociación Taller Solidario – Laboratorio Solidale y el Dr. Francisco Rodríguez, delegado departamental de la Defensoría del Pueblo de La Paz.

Las exposiciones iniciaron con el P. Bernardo Mercado, SJ quien refirió que la espiritualidad ignaciana tiene muchos elementos para aportar al tema de la prevención de la violencia y uno de ellos es el discernimiento, que ayuda a identificar qué es lo mejor para los demás. Por su parte el P. Sergio Montes, SJ indicó que los elementos más importantes para poder manejar la comunicación frente a situaciones de violencia son: una comunicación siempre clara, porque en una cultura de prevención se debe poder explicitar de dónde se parte, qué es lo que se quiere lograr y a quiénes se defiende.

Un segundo elemento, señalado por el P. Montes, fue que la comunicación tiene que ser empática. No se debe hablar en abstracto, sino en conexión con las vivencias de las personas.

“Si no se vive con empatía, no se puede comunicar con empatía. Si no se tiene conexión con las personas que sufren violencia, no se puede ser portavoz de un mensaje de esperanza, de un mensaje que les ayude a resolver esas situaciones”, señaló. Seguidamente, el Dr. Alan Sillerico expuso sobre los desafíos que persisten entre la aplicación del derecho penal y el principio de protección integral en casos de violencia contra NNA y adultos vulnerables.

Al respecto, mencionó que hay muchas instituciones que cuentan con protocolos para prevenir actos de violencia, pero el desafío no está en unificar todos estos protocolos para que estén presentes en todas las instituciones. El desafío más grande, no es simplemente aplicar esos procedimientos a fin de prevenir, sancionar y evitar la violencia, sino aplicar los mismos de forma efectiva.

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En el caso de las mujeres que sufren violencia por parte de los hombres, manifestó que esto se debe a la emancipación. “La mujer lastimosamente siempre ha vivido en un estado de sumisión hacia el hombre y el cambio de esta figura se manifiesta en formas de violencia. Entonces, el desafío es tratar, intentar y lograr acostumbrarnos a esta nueva realidad, tomar conciencia de que esta es la nueva realidad”, apuntó el abogado.

De otra parte, Cintia Raquel Salaz, quien trabaja en centros de privación de libertad, en cuanto a los desafíos éticos y emocionales que se enfrenta al aplicar la justicia restaurativa en quienes ejercen violencia, mencionó que como profesional un desafío principal es intentar mantener un equilibrio y una objetividad entre lo que la justicia sentencia y lo que el sujeto verdaderamente quiere reparar.

“No se trata de que solamente participe de los talleres o que vaya al psicólogo por un certificado que lo ayudará posteriormente, sino que él manifieste un cambio voluntario”, afirmó Salaz.

Por su parte, el Dr. Francisco Rodríguez mencionó que actualmente se cuenta con la Ley 348 para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia y la Ley 548 que protege a las niñas, niños y adolescentes, pero -pese a estas normas- todos los días se escucha en los medios de comunicación temas de violencia.

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Según Rodríguez, estas normas establecen que el Estado tenga autoridades especializadas, lamentablemente no se cuenta con fiscales especializados, jueces, ni policías y mucho menos personal que trabaje en estas instituciones.

“Vemos que una falencia es el nivel salarial que se maneja en las diferentes alcaldías. Por ejemplo, un profesional que se ha especializado, ha adquirido conocimientos hasta de posgrado en estas temáticas no podría trabajar por un salario mínimo. Entonces, esas son las falencias que nosotros como Defensoría del Pueblo hemos detectado en diferentes ámbitos”, explicó Rodríguez.

En una segunda ronda de participaciones, el P. Mercado expuso sobre lo que significa vivir el “Magis” cuando se trata de proteger la dignidad de niñas, niños y adolescentes dentro de las obras jesuíticas. Según el Provincial, San Ignacio enseñó una oración que debe ser aplicada a la hora de servir, “Toma Señor todo de mí, toda mi libertad, toda mi memoria, todo mi entendimiento, toda mi voluntad y así muchas veces: todo, toda, todo. Entonces, el Magis es eso todo. Y cuando se trata de proteger a los niños, a las niñas, a los adolescentes, no puede haber reservas, tiene que ser todo. O nos comprometemos totalmente con los ambientes sanos y seguros y protegemos a los niños, a las niñas, a los adolescentes, o simplemente sobramos”, finalizó.

Por su parte, el director de Fides, en cuanto al tipo de narrativa institucional que se necesita construir para que la cultura del cuidado no sea solo reactiva sino una práctica cotidiana visible y viva, indicó que existe un gran problema y es que los medios de comunicación y la sociedad han comenzado a normalizar la violencia, presentándola como algo cotidiano, sin hacer un tratamiento adecuado de la información.

Puntualizó que se debe combatir esta naturalización de la violencia comunicando con verdad y empatía, reconociendo la dignidad de todas las personas. Y partiendo también del reconocimiento honesto de las realidades para construir relatos que promuevan el respeto y el cuidado mutuo, de ahí se podrá avanzar hacia una convivencia más justa.

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A la pregunta ¿cómo avanzar hacia un sistema de justicia que priorice la prevención de la violencia y la reparación efectiva del daño sin reducirse únicamente a una lógica punitiva o sancionatoria? el Dr. Sillerico inició indicando que se debe diferenciar entre lo que es justicia y lo que es legalidad, porque algo puede ser legal pero no necesariamente justo. El gran reto de la justicia no es solo castigar, sino aplicar correctamente las leyes, garantizando un debido proceso que respete los derechos de todas las partes involucradas

Seguidamente, Cintia Raquel Salaz expuso sobre cómo se puede construir una red de cuidado sólido en situaciones marcadas por la exclusión, el abandono institucional o el miedo que tienen algunas víctimas ante represalias, sin caer en asistencialismos. Mencionó que para empezar debe existir una responsabilidad compartida de toda la sociedad, tanto profesionales como ciudadanos en general, en la protección de los más vulnerables, especialmente niños y adolescentes.

En su experiencia, vio que hijos de personas privadas de libertad, repiten ciclos de violencia debido a la ausencia de una estructura familiar. Por lo mismo, dijo que es importante una crianza basada en disciplina positiva y no con gritos o maltrato.

Finalmente, indicó que la prevención de la violencia no recae únicamente en las autoridades o especialistas, sino que comienza desde el trabajo personal en uno mismo.

Cerrando las exposiciones, el Dr. Rodríguez reflexionó sobre cómo garantizar que el enfoque de derechos en la prevención de la violencia no se limite a una formalidad burocrática, sino que transforme la vida de las personas más vulnerables. Desde la experiencia en su trabajo, menciona que la violencia no solo afecta a la víctima directa, sino que destruye familias completas, dejando a niños en situaciones de orfandad. Por esta razón, explica que desde la Defensoría se trabaja en la prevención, impulsando la educación de valores, lenguaje no violento y la comunicación asertiva como herramientas para la transformación social.